REFLEXIONES SOBRE EL MIEDO
Javier Aragüés
Siento que
la palabra miedo me impacta más en singular, mientras que al
padecer miedo en plural, parece diluirse. Si se autogenera, es
inagotable, como lo son las causas capaces de provocarlo. Cuando siento
miedo, surge en mí una intensa agitación, desmesurada a veces, que no
corresponde con la realidad, pero se percibe y cohabita con los
que lo sufrimos. Todos hemos soportado alguna vez ese tipo de sensación.
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Suelo ir al
cine con frecuencia. En el cine se producen algunas películas que
provocan miedo. A mí me gustan las de suspense. “Psicosis” es un
ejemplo. No me canso de verla. Siempre tengo la misma sensación. El
protagonista se esconde tras el refugio de sus propias sombras.
En la
estigmatizada mansión, junto al semblante de la imperecedera madre él sufre y
se consuela en silencio. Quién puede soportar el miedo cuando le obligan,
o cree que elige vivir al lado de un ser al que no quiere, al que no
reconoce. Para poder sufrirlo, solo lo puede hacer desde el miedo o el
terror que le infunde el otro, y si es de mayor intensidad, desde el
pánico.
En este filme, cualquiera de los dos personajes está sometido a una agonía. Para él, la de vivir junto a la muerte. Y para la madre, permanecer junto al hijo travestido. Ninguno de los dos puede abandonar el personaje sin ser atrapado por el miedo.
Al acabar la película, vuelvo a casa. Siempre me espera mi madre.
Javier Aragüés (julio 2018)
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