jueves, 23 de abril de 2020

UN LIBRO Y UNA ROSA SON INSUSTITUIBLES















La rosa esperaba paciente como cada año para ser recordada. Pero esta vez una desgracia imprevisible hacía peligrar su mensaje. Nadie fue a buscarla. Nadie se fijó en ella. Millones de lágrimas se vertieron en el mundo en el interior de las casas confinadas por la penumbra, hasta que un libro la rescató de su agonía.



Javier Aragüés (abril de 2020) 


1 comentario:

Unknown dijo...

Hermoso relato. Felicitaciones