Tras exhibir lo que tienes más dentro. Los huesos y los tejidos son un amasijo que empleas en dar forma a lo que entiendes que es amor. Al acabar cada escultura, te das por satisfecho. La admiras, buscas tu felicidad, pero no la transportas contigo.
Una muestra más ante tus ojos inquietos y tu alma errante, de que lo que crees que es sentir y desear, incluso expresar; pero ni a la felicidad, ni a ella, las llevas contigo.
Las circunstancias, los tiempos y la fatalidad ponen el contador a cero. Solo tu sientes la desesperación.
Ella te extraña. Te quiere. Tú la necesitas. Quizás a ella le has dado todo, pero tú la has perdido.
Javier Aragüés (diciembre de 2019)
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