martes, 23 de diciembre de 2014

EL BESO IMAGINADO (microrrelato) Libro 5


El Sena discurría imperturbable bajo el puente Alejandro III.  Al aproximarse al pont des Arts, parecía ralentizarse a la espera del contacto para que se bañara el sol. 





Mientras miraba, ella aprovechó y se situó junto a su cara. Buscaba sus labios y encontró el aire cálido que ocupaba el espacio entre sus mejillas. Se acercó lentamente a su rostro; el aire ardía y la respiración se aceleraba. Ella se mantenía a la misma distancia, la del amor. Él, lentamente, pasó el brazo por detrás de su nuca y se aproximó a su pecho mientras el otro brazo se descolgaba inerte a lo largo del cuerpo, esperando una señal que no llegaba. Momentos eternos de indecisión. 

Lo que buscaba estaba oculto en el límite entre el anhelo y la pasión. Intentaba contener los sueños, pero los deseos ardían en una hoguera imposible de extinguir. La razón y el deseo pugnaban para hacer que la boca fuera su aliada. Las comisuras de los labios
configuraban la expresión insinuante y 
buscaban el contacto con los de la persona amada hasta encontrarla. 


Vencieron los dos y sus labios confundidos eran uno; cerraron los ojos durante un instante que se alargó hasta que el Sena llego al mar y sus aguas, como sus cuerpos, se fundieron en las del océano... y el beso dejo de ser imaginado.


Javier Aragüés (Diciembre  2014)









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