jueves, 23 de julio de 2015

DEPALABRAS. Relatos y Cuentos







DIFERENCIA ENTRE RELATO Y CUENTO


Narrativa: Cuento y Relato



Según el profesor Fernando Valls (Universidad de Barcelona) “no existe, hoy por hoy, ninguna diferencia entre cuento y relato. El término cuento ya se usaba en el siglo XIX para designar la narrativa breve. El concepto de relato, aparece en los últimos años sesenta. Quizás se pensó que cuento era un término con demasiados significados (los cuentos destinados a los niños o los relatos de patrañas) Por esta razón, por sus componentes peyorativos, tanto de cuento como de cuentista, el narrador Fernando Quiñones pedía en 1988 que se sustituyera por relato”. En general el cuento se clasifica en literario y popular. Los cuentos tradicionales de hadas, leyendas, mitos los cuales se transmiten por tradición popular. El término relato significa cuento literario. El cuento es una narrativa en prosa de hechos imaginarios, el relato por su parte admite hechos no ficticios. En el relato la historia tiende a ser más corta y menos desarrollada (microrelatos) Entre el cuento y el relato hay más similitudes que diferencias, no dejan de ser formas narrativas en su género literario sabiendo que el cuento es un subgénero.



*****




A INDIOS Y AMERICANOS




Todos los jueves por la tarde, si no había “cole”, jugábamos  en el trastero de mi casa. El juego siempre tenía los mismos personajes, con distinto guión. Se preparaba sobre la marcha. Jugábamos a “indios y americanos”. Repartíamos los “indios”, genérico con el que se conocía a las figuritas de cualquiera de los bandos. Eran de plástico, poco o nada flexible y monocromas. Todas tenían el pie deformado por las rebabas de fabricación. Las poníamos en un montón en el centro de la habitación. Uno de los dos cogía en cada mano  -ahora si- un indio y un americano. Cerraba los puños y los llevaba a  la espalda. Cuando Toñín elegía, yo hacía el gesto de moverlas de una mano a otra, por detrás, para engañarle. Cuándo me tocaba a mí, él iniciaba la misma ceremonia.  “¿Cuál quieres?”,  me decía con las manos extendidas. Yo ponía cara interesante ante la cuestión y contestaba. "Ésta". Conocíamos tanto los gestos que siempre elegíamos la preferida. A veces, si la duda sobrepasaba el tiempo razonable para tomar la decisión, nos ayudábamos. En mi caso, le indicaba a Toñín cuál era, con un movimiento de cabeza a la izquierda o derecha y él a mí, con un guiño de cualquiera de los ojos.  No era menos importante saber quíen defendía el fuerte, que se adjudicaba, por supuesto, al azar.  















Hecho el reparto, el siguiente paso era  situar en posición a los indios y americanos. Había unos de varios colores, más caros y flexibles que Toñín protegía. Yo le decía “¿Me dejas tus soldados de uniforme?” Si Toñín no estaba dispuesto, hacía que no me oía.


Todos los jueves al acostarme me preguntaba.”¿Por qué entre tantos indios y americanos, no está"la chica" del sheriff, ni la novia del oficial yanqui, ni la mujer del coronel del fuerte?  “En las películas del Oeste no faltaban estos personajes. No digamos entre los indios, peor lo tenían. Solo pensaban en luchar. Despiadados, con pinturas de guerra, arcos y flechas y un gran jefe. “Jerónimo”. Tenía muchos hijos. Toro sentado. Nido de buitre. Ojo de buey. Julai de la pradera y muchos más. Todos parecían solteros, sin intención de dejar de serlo y preparados para la guerra. ¿Dónde estaban las mujeres, las indias del poblado? No se las veía. ¿Estarían dentro de la tiendas? (Por cierto, cuando crecí aprendí que se llamaban tipis.) Ni rastro. No había mujeres indias, ni americanas. Para mí, lo peor de todo es que con todas estas limitaciones no podía dar entrada en el juego a “la chica”. Debía ser rubia y mujer del teniente yanqui. Todo lo imaginaba al margen de Toñín. 
Desde la claraboya, veía con dificultad a Mari Carmen, mi vecina. Se apoyaba en la ventana de su dormitorio con un libro en sus manos. Jamás habíamos intercambiado palabra. Una mañana al salir de casa para ir al colegio coincidimos. Mari Carmen esbozó una sonrisa que interpreté como un adelante en mis deseos. La invité a jugar los jueves. No falló desde aquel día. Una tarde no vino. Toñín se extrañó.









-       - ¿Sabes Por qué no viene Mari Carmen?

-   Hoy no puede. Se ha quedado en el poblado a jugar a “papás y mamás”. Quiero terminar pronto. Tengo que ir a cenar con ella y nuestros hijos.

-   ¿Cómo? No me has dicho nada

-    Mientras tú matas indios desde el fuerte, con tus ¡Pun, Pun! y ¡Bang! ¡Bang! No escuchas. Pasó el tiempo. Un jueves por la tarde, Toñín se presentó semidesnudo, con taparrabos. Dejó el arco y las flechas a la entrada. Agitado, pidió a Mari Carmen que le presentara una amiga del poblado. Mari Carmen accedió. Toñin y su pareja marcharon juntos a otra reserva india. Pasadas varias lunas un guerrero nos visitó.

“Gran jefe Toñín Despabilado firma la paz con casacas azules. Venir a su tipi."

Mari Carmen y yo seguimos jugando a "papás y mamás" en mi trastero.



Javier Aragüés (Noviembre 2015)

*******



EN SILENCIO


Ana no para de rebuscar entre los recuerdos que conserva en una antigua caja de galletas. Sueña con las vacaciones en el pueblo minúsculo a orillas del mar, donde ha pasado tantos días de su juventud. Recuerda los ocasos fulgurantes y el aire impregnado de vida. Siente en el borde de la mirada los deseos fundidos, intenta  retenerlos sujetando la respiración, hasta que el diafragma cede y la memoria abandona los amores desbaratados. Ya no importa qué desencadena el olvido. 







Su esposo encuentra en el suelo una foto antigua. Es de un grupo de jóvenes entre los que destaca uno junto a Ana, que la toma por la cintura; tiene los ojos grandes por los que se cuela la vida,  cincelada  sonrisa  y  una postura que sugiere una relación consentida entre ambos. Todo frente a un mar en blanco y negro con un  marco amarillento,  al dorso una dedidatoria con tinta disgregada . "No te olvidaré” Siempre tuyo. Tomás.

Ana inquieta busca la foto, el recuerdo de la  imagen se desdibuja y sus ojos se empañan. Siente que algo se asoma al mirador sin rejas, el vértigo le arrebata lo celosamente custodiado. Pasa del sollozo al llanto en medio del silencio y las lágrimas, priotagonistas,se deslizan. Escapan descontroladas en un caudal  imposible de detener hasta que Tomás regresa.



Javier Aragüés (Julio 2015)




************







Un conte moral


Vaig conèixer el Ferran a l'Escola Superior d'Arquitectura de la Universitat de Barcelona uns anys després  del final de la guerra civil. En aquells moments l'Escola encara era a l'edifici central de la Universitat. Era una escola   amb pocs  mitjans, la majoria de professors havien sortit d'Espanya o estaven expulsats. Malgrat tot, vàrem rebre els coneixements bàsics de la professió. Afortunadament tant el Ferran com jo teníem molta traça pel dibuix i ens agradaven les mates. Amb tot això vàrem fer una  bona carrera. El Ferran amb  un gran esforç va obrir  al final dels anys quaranta el seu propi despatx i  jo em vaig dedicar a l'ensenyament a la pròpia escola. Després de la paràlisi i la destrucció de la guerra  tot estava per fer i els estudiants d'arquitectura creixien cada any.  Aquesta era la nostra situació en aquells moments.






           



 A principis del anys cinquanta  va començar a rebre  alguns encàrrecs importants. Abandona l’estil dominant de l’arquitectura   monumentalista  del franquisme per recuperar, junt amb altres col·legues, l’esperit del GATCPAC  de l’època republicana. En aquests anys un dels seus projectes més notable va ser la construcció de la seva pròpia casa a l’Alt Empordà, al poble de Palau-savardera, a les afores del poble sobre un petit promontori molt ben situada en el paisatge. Orientada a sud es podia  contemplar la badia de Roses i per la part del darrera,  la cadena pirinenca amb el Canigó ben nevat a l’hivern. 










El Ferran era una persona de caràcter, molt exigent tant amb ell mateix com amb els seus col·laboradors, però a la vegada extraordinàriament honrada. Tot el personal del despatx tenia excés als llibres de comptes i cadascú proposava el seu salari o honoraris a canvi d’una dedicació total a la feina. Alguns no suportaven aquesta pressió i deixaven  el despatx,  però amb els més fidels  va formar un equip formidable que ell considerava coautor de tots els seus projectes.

Es va casar aviat i va tenir dos fills.  El seu matrimoni, però,  no va reeixir  duran  gaire temps i es van acabar  separant amistosament, la única possibilitat que hi havia aleshores. La família i alguns amics li proposaven que demanes la nul·litat del seu matrimoni, però ell  pel seu caràcter, això el va indignar molt  i em deia :

-           Joaquim, com vols que demani la nul·litat després de deu anys de casat, amb fills, i  sense cap de les causes  que el dret canònic admet en aquests cassos. 

En aquells anys al nostre país, sense la regulació del divorci, era un procediment que algunes parelles provaven, inventant circumstàncies i històries, amb falsos testimonis, hàbils advocats i amb diners suficients, per quedar lliures i tornar a casar-se legalment per l'Església.

Visitava sovint el despatx la Isabel Viladàs, la responsable comercial d’una important empresa de  subministraments tècnics per arquitectura, papereria i material d’oficina. El Ferran no hi havia parlat mai, una altre persona era l’encarregada de les compres.  En una ocasió, no se ben be perquè, la va atendre  ell. Em va explicar que  li va semblar una dona intel·ligent,  que feia bé la seva feina i que era simpàtica. Semblava que no hi havia pensat més, però resultava que cada vegada que venia al despatx,  el Ferran, si tenia cinc minuts, sortia a saluda-la.  Va saber que era una dona separada i sense fills. Amb molta discreció la convidava a sopar  o als concerts del Palau de la Música. Duran alguns mesos va continuar amb aquesta relació i finalment varen passar un cap de setmana  a la casa de l’Empordà. Molts pocs  coneixíem aquesta nova situació familiar.


Al 1985, en el moment més bo de la seva trajectòria professional, quan  li plovien els encàrrecs i el seu despatx d’arquitecte era un dels més prestigiosos de Barcelona, el diagnòstic d’un càncer li va canviar la vida.  Això va ser un cop molt dolorós per ell tan en l'aspecte físic com sobretot  anímic. Malgrat tot va continuar al front del despatx treballant com sempre, amb la mateixa intensitat, amb una gran força de voluntat, combinant la feina amb els tractaments mèdics.  Aquesta situació va durar aproximadament més d’un any i mig fins que la malaltia , ja molt avançada, li va impedir continuar i es va retirar amb la Isabel a la casa que de  l’'Alt Empordà. Allà jo el visitava sovint i durant la última d'aquestes visites vàrem tenir una llarga conversa i em va confessar que la família, la mare i els fill, el pressionaven per que regularitzes la seva situació matrimonial,  la qual cosa volia dir  deixar la Isabel, i ell em deia amb una gran pena:







-                 Joaquim, com vols que traeixi, que rebutgi, que m’oblidi de la dona que m’ha fet l’home més  feliç d'aquest mon durant els últims vint anys. Era la que, quan estava abatut i cansat per la feina em preparava uns còctels que em ressuscitaven i que ella s’inventava,. Per animar-me em cantava les millors àries de les heroïnes de les òperes de Mozart: Zaide, Konstanze, Rossina, Pamina, Sussana . . . que ella mateixa s’acompanyava al piano.  Quan tenia gana em preparava  uns pèsols estofats que tenien tots els gustos de les hortes  del Maresma o un bacallà al pil-pil que em feia caure les llàgrimes.  Quan estava excitat m’oferia sexe amb generositat i quan he estat malalt  m'ha cuidat amorosament. Tu saps, Joaquim, que pràcticament no he fet mai vacances, únicament quan acabava un projecte em prenia una setmana per fer algun viatge, sovint professional per visitar  algun col·lega italià o centre europeu, que tu saps que són els arquitectes que més m’interessen o per visitar alguna  obra innovadora  Amb la Isabel visitàvem sempre les mateixes ciutats: Roma, Florència, Venècia, Praga, Berlin, i quant el viatge era bàsicament de plaer anàvem a les illes gregues, a Istambul o llocs semblants. Amb ella aquestes ciutats eren diferents, més lluminoses, més alegres, tenia amics a tot arreu. L'auditori que vaig  fer a Linz va ser una obra difícil, amb problemes, però crec que és una de les millors  que he fet.  No és l'auditori ni més gran, ni més luxós ni més espectacular  dels que es van construir aquells  anys a Europa, però segur que és el més confortable i acollidor, el més musical de tots. Quan vaig fer l’entrega d’aquesta obra  ens vàrem prendre un més per viatjar als Estats Units. Un viatge des de la costa del Pacífic fins a Nova York, a estones en cotxe i les etapes més llargues en  avió. Una travessa memorable. Els dos ja coneixíem els Estats Units però junt vàrem veure un país nou.   Visitarem durant cinc dies Chicago, que té la millor arquitectura de tot el país, i després una setmana a Nova York. Aquests van ser els únics dies d’ autèntiques vacances en més de trenta anys de professió.

Aquesta visita em va deixar molt impressionat i just una  setmana després moria en pau a la casa de Palau-saverdera acompanyat de la Isabel,  la seva mare i els fills. Va ser enterrat al cementiri del poble. El Ferran m’havia nomenat marmessor   testamentari. En relació al despatx em va donar plens poders per liquidar-lo, procurant perjudicar el mínim possible als seus fidels col·laboradors, o si  ho creia possible, que   me’n  fes càrrec  i continues els projectes en els que ell treballava en aquells moments.

 On és ara el Ferran?. És impossible saber-ho. Fa poc, amb un capella, amic i savi, parlant de la geografia del més enllà em deia:
-Joaquim, si ets creient no imaginis, confia.




Són paraules intel·ligents però difícils d'entendre i més d’aplicar. Els humans som sers emocionals, però sobre tot racionals i volem entendre totes les coses  Ens resulta impossible confiar en un lloc, en un món, que no sigui en tres dimensions, amb arbres i ocells,  camins i muntanyes i amb un mar immens, i amb un ahir, un avui i un dema. On és doncs ara el Ferran?. Malgrat el consell, nomes me’l puc imaginar en algun dels llocs que a ell més li agradaven. Potser assegut a la terrassa del Harry’s Bar en una cantonada de la plaça de Sant Marc de Venècia, que te l'arquitectura més meravellosa que mai s'ha fer, prenent-se un Campari. Si, crec que això estaria bé.

Josep M. Arús
UCI de l’Hospital General de Catalunya, Sant Cugat 15-25 de gener 2014


 *********



Cuento. CINE INTERRUPTUS



Si me pidieras una relación  íntima te diría que no, que no estoy preparada, que poner ahora un hombre en mi vida cuando me queda tanto por aprender, tanto todavía por hacer, resultaría un lujo excesivo, un derroche de tiempo y energía.

Pero el viernes por la noche, en el cine, a tu lado, con mi mano entre las tuyas y una buena película—que siempre eliges cuidadosamente--, no deseo otra cosa: que no acabe nunca. ¿Te imaginas que en la sala de al lado, en la 11 o en la 13, existiera un sofá donde prolongar este sentimiento de ternura que nace callado en la butaca o el deseo que asoma despacito entre planos y secuencias? Oh, qué gozada si pudiéramos unir nuestro abrazo al de los protagonistas, compensar su desdicha, solidarizar-nos con su causa, compartir su aventura!








Algo se quiebra, algo queda para siempre en los folletos olvidados en las butacas, esparcidos por el suelo, algo se pierde en el largo corredor de cemento, pintarrajeado de amarillo chillón o verde inclemente, de salida hacia la calle. Y de pronto ya sé que me abandonas. Y estoy sola en la noche anónima de la ciudad, pisando oscuros adoquines, sin rumbo entre el llanto de neones y farolas.

Llego a casa despacio, con el alma encogida y  me acurruco en el sofá sin ánimo de desvestirme, sin ningún sueño, hecha un ovillo de sentimientos, de emociones, de películas interrumpidas.



Isabel Demestre  (Junio de 2015)

No hay comentarios: