LA ESCALINATA (Microrrelato)
Florence comenzó a subir la empinada escalinata en un barrio triste, salpicada de farolas negras y erectas, rematadas por tenues puntos azulados incandescentes. Su sombra vibraba. La joven tenía como barandilla un deseo. Mantenía el equilibrio con dificultad. Los recovecos de sus pensamientos hacían que ascendiera lentamente, acompañada de la fatiga. Cuando creía ver el final se presentó la sensación de alcanzar con las manos el placer que se difuminó. Didier ya no estaba, la edad le había sacado la vida.
Javier Aragüés (marzo de 2017)
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