Javier Aragüés (autor)
Buenas tardes. No podéis
imaginar cómo agradezco vuestra presencia. No esperaba que fuésemos tantos
—para mí una multitud— y eso me conmueve. La palabra multitud me
sugiere el título de un libro, “Deseo de multitud” de Juan Manuel Aragüés,
primo mío y que acabáis de escuchar, en el que intenta responder a aquellos que
cuestionan ¿Cómo desarrollar una política de la diferencia? Pregunta
que nos hacemos muchos y sobre todo ahora que tendremos que volver a votar.
¿Por qué
digo esto? En mi caso, el deseo de multitud se escribe con
minúsculas, es menos ambicioso, pero se ha hecho realidad y estoy realmente
emocionado, aún así debo cumplir con el propósito de presentar mi libro.
Para
conseguirlo es esencial mantener vuestra atención,
sorprenderos. Resulta tentador desvelar el final y no lo haré,
pero al menos avanzaré lo que persigo en mi intervención, que no
es otra cosa que poder explicar:
¿Qué dificultad tiene la Presentación de un libro? Para mí, la presentación de un libro representa un encargo novedoso. Para acometerlo, la tentación es improvisar que es sinónimo de contraer riesgos, lo que puede significar que el resultado sea incierto o insatisfactorio. En las actuales circunstancias he decidido que no soy incapaz de asumirlos, para lo cual he venido doblemente acompañado. Para desvelar las tramas y lo desconocido de mí libro, de la escritora Susana Camps; y para descubrir si hay algo de verdad, ni que sea existencial, de la voz y el cariño del profesor de filosofía Juan Manuel Aragüés.
DOS TERCERAS PARTES
Esta decisión me ha
tranquilizado por lo que pienso que llego con el encargo resuelto, al menos en
dos terceras partes, y a partir de este momento tengo la suerte a favor, o eso creo. Veamos
el porqué.
¿Podemos afirmar que los
aforismos siempre son ciertos?
Al presentar un libro, la
historia hasta ahora se recrea a mi favor. En Roma, Plinio el Joven
afirmaba: “No hay libro malo, que no tenga algo de bueno”. Esta
idea se mantiene durante siglos, aparece explícita y en más de una ocasión se
repite. Por ejemplo, en el Lazarillo de Tormes. También Miguel
de Cervantes proyecta este aforismo en el diálogo que mantienen Don Quijote y
el caballero Sansón Carrasco. Y más tarde, Oscar Wilde modifica el
concepto y lanza un atrevimiento: “La verdad es que no hay libros malos,
lo que hay son malos lectores”. Uno se puede acoger o no, a
estos aforismos, pero hoy sin duda se tambalean cuando hoy vivimos
atiborrados de textos.
LO
MÁS DIFÍCIL. LOS DOS PORQUÉS
Como os decía, ahora
viene lo más importante que es explicar el por qué he escrito este
libro y porqué hay que leerlo. Para ello recurriré al término disparador, no
sentido que se utiliza en la narración y sí no como detonante de una acción.
DOS DISPARADORES
Los acontecimientos más
rugosos y emotivos que suceden en algún momento de la trayectoria vital de
cualquiera de nosotros son los que van rellenando las páginas del libro. Hay
dos —de lo que yo llamo disparadores— responsables de que el libro RELATOS Y
MICRORRELATOS AL COMPÁS DE LA VIDA esté hoy aquí. Uno de ellos es mi
enfermedad neurológica, las sucesivas intervenciones quirúrgicas y las
recaídas. El otro, es el ánimo de restablecer las capacidades cognitivas que la
enfermedad había volatilizado. Admito que al hacer uso de este argumento vital
busco cierta intencionalidad para captar la buena predisposición del lector.
Susana lo conoce, lo cita en el prólogo y lo expresa con rigor: “como dirían
los clásicos: captatio
benevolentiae“
EL SEGUNDO DISPARADOR Y
SUSANA CAMPS
¿ESTACIONES DE LA VIDA?
¿Cuál es el segundo
disparador? Al margen de la intencionalidad que busco, es gracias al segundo
disparador — el ánimo de restablecer las aptitudes cognitivas— por el que caigo
en manos de la escritura creativa y que Susana Camps se encarga de alentar. Yo
pongo en el libro la intención de detenerme en lo que llamo “estaciones de la
vida”, sin dejar de observar y narrar. Me siento cómodo al decir que el libro
se ha nutrido de las expresiones íntimas de las personas y sobretodo de
aquellas, que “me han dejado pasear unos instantes por sus vidas”. Pero lo más importante es
que descubro mi amor profundo por la escritura, de tal manera que he pasado de
ser un organismo enfermo, a un fiel enamorado de representar ideas y sueños mediante signos o
trazos.
SUSANA
CAMPS
Pero también, sin duda,
el título es el resultado de la enseñanza, de la influencia literaria de Susana
Camps y de su libro “Viaje imaginario al
Archipiélago de las Extinta”, que todos los amantes del microrrelato
deben leer, si no lo han hecho ya. A mí me sirvió de gran ayuda y
entretenimiento, e incluso hasta hoy llega el rastro literario, que no he
perdido y que hace que vuelva sobre él para deleitarme entre lo surrealista y
pedagógico. Un ejemplo es el micro “Instrucciones para
leer un microrrelato”, en la página 75 de su libro.
DÓNDE PONE EL FOCO EL
LIBRO.
ANTE “LAS ESTACIONES DE
LA VIDA” SE DETIENE.
Como decía Francisco
Umbral “Hablemos de mi libro”. Sin duda, mi libro está focalizado en todos
aquellas mujeres y hombres que ponen en valor sus vivencias y sopesan su
comportamiento en lo que yo llamo también estaciones obligadas. ¿Qué son o
cuáles son? Es más revelador enumerarlas. El amor, el miedo, el deseo, los
recuerdos, la infancia, la muerte… o la pasión, son estaciones de la vida; hay
tantas como temas universales se generan y coexisten en el ser humano. Ante
todas ellas, el libro se detiene para recrear un itinerario vital que puede ser
el de cada uno de nosotros, basta detenerse, leer y recrearse. Durante tres años
he estado fabricando una obra dedicada a acariciar el comportamiento humano y ahí está la síntesis de mi libro.
NO HAY TIEMPO PARA
LEER. EL "LOGLINE”
¿Hay alguna palabra clave
para saber de qué va el libro?
En la actualidad los
productores, los agentes y los inversores no tienen tiempo para leer
recordemos que hoy, el atiborramiento de textos atiesta sin necesidad y ha
provocado que el concepto de sinopsis evolucione hacia el término loglaine, que
a su vez ha generado otros anglicismos y ha obligado a guionistas y escritores
a utilizarlo. El loglaine es la nomenclatura que se utiliza para
explicar el guión, el libro o simplemente un proyecto de inversión en solo 35 o
45 palabras. Sí, con esa extensión hay que ser capaz de expresar una intención.
Como yo no soy ortodoxo, o al menos lo intento, el loglaine de mi
libro tiene 53 palabras incluido el título, que sin él, serían 45 palabras que
ya rozan la norma.
Para los que tienen menos
tiempo o más avidez literaria, he fabricado otro logline que yo llamo
“record de 27 palabras” y que aplicado a mi libro permite definirlo
como: “El libro es una antología de relatos que recogen sentimientos
y actitudes en las que el lector se siente reflejado, recreándose en su deriva
como expresión narrativa”
RELATOS Y MICRORRELATOS
AL COMPÁS DE LA VIDA es la expresión que resume el transitar por los sentimientos
y detenerse en estaciones obligadas: la soledad, la pasión, el miedo, la
enfermedad, el silencio, el desamor,… y el mar; y en particular, en aquellas
escenas que nos envuelven un día u otro.
Para los que no tengáis mucho
tiempo —la mayoría— espero haber dado una idea somera de lo que quiero contar
en mi libro sin llegar al spoiler, porque cada relato o micro tiene una
trama bien definida con un final que produce una sacudida, o al menos eso
pretendo. Sin duda va a ser esto lo que despierta el deseo de leer mi libro. Espero que lo disfrutéis
que es de lo que se trata. Para despedirme he escogido un proverbio que aparece
al comienzo de mi obra y dice.
Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora.
MUCHAS
GRACIAS
Con esto acabo mi
intervención. Gracias por vuestra presencia y atención. Agradezco a Juan Manuel
Aragüés su apoyo a pesar de la distancia y a Susana Camps por su intervención y
su ayuda literaria.
Y sí ahora, si nos dan
permiso, podremos charlar y seguir brindando con una copa de cava que es
lo que hacen los buenos amigos, y vosotros lo sois.
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