sábado, 7 de septiembre de 2019

SIN QUERER







Los momentos vividos perduraban horas. Nunca se había sentido invadido así por el amor y con tanta  complacencia.  No entendía como los instantes se prolongaban sin estar presente Diana. Para explicárselo de una manera culta e irracional recurría al frase de Wilde: "A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante".  

No le bastaba los momentos en los que ella estaba disponible y recurría a aquella mujer  siempre, más aún si los tiempos eran apretados; incluso le confortaba un gesto o una palabra; aunque Diana no estuviera ante él pero la imaginaba. El solo recuerdo provocaba que apareciera una sonrisa furtiva, incontrolada, que resumía las ganas de vivir que ella le trasladaba. Eso sí, le dedicaba toda su voluntad sin medir el tiempo. Le bastaba su imagen con el pelo ensortijado, sus labios receptivos y la mirada, esa que no le abandonaba  jamás, mientras él consentía. De hecho había aprendido a convivir en su trabajo sin abandonar la imagen de Diana, porque ella seguía allí y no le dejaba. Lo más embarazoso era cuando le hablaba. Temía que la oyeran, claro que eso nunca ocurría. Para él —no lo ocultaba— era un deseo egoísta, el que sentía, el mismo que provoca el amor cuando corroe y la vida está vacía y precisa de una adoración sin condiciones. 

En su cara se reflejaba la plenitud del rostro de Diana y eso le delataba. Ese sinvivir se prolongaba y los dos lo admitían. 

Después de un tiempo, inapreciable para ambos, apareció algún tibio desencuentro seguido de una apasionada reconciliación; ninguno de los dos se atrevía a despedirse porque estaban atenazados por el miedo a perder lo imaginado. Una tarde, en que el verano se perdía, los dos eligieron el silencio tras varias señales angustiosas que emitieron y se quedaron sin respuesta. 

En la playa un niño había escrito con letras grandes e ingenuas, esas que un pequeño impulso de una ola despistada borra sin intención. 

¡DIANA TE QUERRÉ SIEMPRE!




  "La medida del amor es amar sin medida. "  San Agustín


Javier Aragüés (septiembre de 2019)


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