viernes, 7 de noviembre de 2014

FELICIDAD EXCESIVA

Alba ingresa en el hospital con un coma metabólico por ingesta de productos tóxicos.

¡Hay que desintoxicarla! 
Tiene que ganar la carrera para no ser atrapada y destrozar su existencia.
¿Por qué ocurre? Los buenos propósitos iniciales se transforman por repetidas debilidades. Tropieza, pierde el equilibrio y se aleja de la meta. 
El equipo de urgencias intenta estabilizarla, pero llega tarde. Alba se va, esta vez sola, nadie la persigue.









Toda la tragedia se ha originado por una planta.  
El opio en sí mismo es un producto natural que no crea dependencia, no así sus derivados que contienen alcaloides (morfina, codeína, tebaina, narcotina, etc.) que si producen drogodependencia.

La adormidera interpretaba un múltiple papel, dócil al contemplarla, implacable y asilvestrada al atardecer, siempre dueña en la soledad.

El metro y medio escaso de altura que alcanzaba la planta aprisionaba la voluntad de hombres y mujeres. Alimentaba placeres instantáneos y la hacía inseparable de sus vidas. Estaba siempre al acecho, al lado. 

Nadie explicaba  que una planta natural y vistosa encerrara tal magnetismo para quebrar la  voluntad en su entorno.



Para Alba la persecución no acababa con la distancia recorrida sin ser atrapada, persistía en la mente y concluía con un trágico final.



Javier Aragüés(Noviembre 2014)

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