El sol revienta el horizonte y esparce la luz, foco de confianza del
nuevo día. Caminas cada mañana hasta el extremo del espigón. Protegido con ropa
de abrigo y expuesto a la duda. Te asomas a un decorado de fulgor policromado
que aumenta la creencia de que Carla regresara.
Amanecer sonido del mar en un amanecer (audio/video) |
Tú miras. Buscas en el remanso de mar de la bahía a esa mujer. Tu
deseo de mantener los anhelos te rompe el sosiego. Ni siquiera los días que te
rodean las tinieblas consiguen quebrantar tu espera, ni te impiden desfallecer.
Recibes con placer la rociada de gotas de mar que mantiene la esperanza de tus
fantasías. Algunas pizcas de agua se posan en tu rostro y el viento esparce
otras muchas por tu atuendo. Tu vista no descansa. Buscas sin cesar entre
las guirnaldas de espuma al ser que amas.
El color del mar |
En la punta de
la escollera recuerdas los paseos por la orilla. Te acoplas por la cintura,
caminas junto a ella, que recoge tus muestras de cariño y te las devuelve con
ternura. Te besa. Tus labios salados se posan en los suyos. El salitre es el
vehículo de tu amor: se lo entregas en la boca. Ella cierra los ojos, tú los
entornas para gozar del instante y asegurarte de que sigue junto a ti.
Resucitas los
días en que tus manos se entrelazan con las suyas, la aproximas a tu cuerpo y
dibujas tu sonrisa de complicidad. Basta con tu expresión para invitarla a la desnudez y Carla acceda. No dejas espacio entre
los dos para que el ansia de sexo escape y consumas el amor.
No te puedes olvidar del descomunal golpe de mar que te aleja de la quietud del tiempo pasado. Luchas contra la naturaleza, te la arrebata y te sumerge en el más inmenso desamparo.
Para liberarte te convences de que todo es una invención. Te preguntas ¿existe Carla?
Noche de pesadillas. Tus pensamientos van una y otra vez a su rostro, a su mirada. ¡Ojala la pudieras recuperar!
Paseas junto a la orilla. El mar atempera su agitación. Se ondula suavemente en la playa y te devuelve a Carla.
No te puedes olvidar del descomunal golpe de mar que te aleja de la quietud del tiempo pasado. Luchas contra la naturaleza, te la arrebata y te sumerge en el más inmenso desamparo.
Para liberarte te convences de que todo es una invención. Te preguntas ¿existe Carla?
Noche de pesadillas. Tus pensamientos van una y otra vez a su rostro, a su mirada. ¡Ojala la pudieras recuperar!
Paseas junto a la orilla. El mar atempera su agitación. Se ondula suavemente en la playa y te devuelve a Carla.
Javier Aragüés (octubre de 2017)
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