lunes, 17 de junio de 2019

ESTRENANDO UNA EDAD (concurso ACEM)




Isa, así la llamamos los más próximos, es una mujer vasca, de Bilbao, que ejerce como tal. Tiene el pelo corto y rabioso, cuidadosamente cano y un perfil de mujer rebelde, que no ofende y te mantiene alerta. Es capaz de seguir callada hasta decir lo apropiado, guste o no. En cualquier caso, Isabel, ha diseccionado y aislado los conceptos jubilación y envejecimiento para dominarlos. Se siente tan plena, que la jubilación ha dejado de ser una meta para ser una nueva etapa. Disfruta del nuevo tiempo, sin temor al ocio o la soledad,  porque ha descubierto que el secreto está en vivirlos. La vida la ha tratado de tú a tú. Al mirarla, su aspecto es la expresión de la entereza.
Sus tres hijos no la hacen olvidar a su marido, ni los años irrepetibles junto a él y en los silencios, él está en su mirada. Los esfuerzos realizados para sacar adelante a sus hijos, los sacrificios, los días y noches de inquietud y los acontecimientos imprevisibles se resumen en la compensación de poder mirar el mar desde los sentimientos.



En Getxo, Isabel pasea por el Puerto Viejo de Algorta, mira el mar al atardecer y en cada ola remansada escucha las palabras de Jóse, que desde que murió no ha pasado un día sin que deje de interesarse por ella y sus hijos. Isabel, desde entonces, le cuenta cómo ha ido venciendo los inconvenientes hasta llegar a dominar la soledad y envejecer celebrando el sol de cada día. De vez en cuando sonríe, piensa en su marido y en lo que vivieron juntos, pero lamenta no poderle explicar por qué ha conseguido sobrevivir a las nostalgias. Mira la última ola, piensa en él y se repite: "Jóse, la juventud la llevamos dentro”.   

Isa sigue mirando el vaivén de las olas mientras el sol se prepara para el día siguiente.


Javier Aragüés (junio de 2019)

No hay comentarios: