lunes, 4 de mayo de 2015

UNA DECISIÓN EQUIVOCADA

Como cada tarde, frente al mar y en silencio, paseamos sin compromiso. Descubrimos los primeros besos, los que no se saben dar y quedan siempre en los labios. Repetimos, hasta desear los siguientes, hasta llegar al contacto con nuestros cuerpos sin esperar nada, solo los besos.




El tiempo desapareció. Volví a la ciudad -la de siempre- con mi equipaje y a la espera del siguiente verano. Al despedirme, fue imposible olvidar lo más importante, el idilio, el cariño y los besos.  
Arrancó el tren, ella se quedó. Las experiencias y la decisión equivocada se movieron conmigo.


Javier Aragüés (Mayo de 2015)



No hay comentarios: