jueves, 27 de septiembre de 2018

SIEMPRE TE MIRO




Me impresionó esa mirada. Estabas lejos, tan lejos que quería pensar que llorabas por no verme, pero a la vez me decías: "Iluso... ¿Por qué crees que podías provocarme una lágrima? 

Me sentí ridículo.  

Te giraste y no pude evitar volver sobre la imagen. Enseguida advertí que me mentías. Porque eras tú, con esa expresión dulce y sin abandonar el llanto, la que se mostraba oculta tras una pintura; me invitabas a escuchar una canción o sugerías que me abandonara a lo que es más bello y atrayente, el arte. Eras tú la que se escondía tras la imagen y seguiste mirándome mientras se deslizaba una lágrima por tu mejilla.



Javier Aragüés  (septiembre 2018)

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