martes, 5 de junio de 2018

"CORRUPT FAMILY". .CRÓNICA DE UN DESPIDO ANUNCIADO (uso del humor)

Una gran familia está pasando a la historia por sus fechorías y desatinos y, la tinta de gestos "agricómicos". Cuándo pienso en ella, recuerdo los episodios del esperpento Luces de Bohemia que se da a conocer por entregas. El estreno como pieza dramática se remonta hasta 1970 y hasta entonces no se hace popular. Transcurren más de cincuenta años. Los motivos obvios 
residen en su propia lectura. Basada en el esperpento, retrata en tiempo —apenas veintitrés horas y media— y lugar —la acción transcurre en el Madrid decadente "absurdo, brillante y hambriento" de la década de 1920— una España degradada, desconsiderada con el pueblo llano y rebosante de corrupción.

La historia de "THE CORRUPT FAMILY", también se desarrolla por entregas, en tiempo: a lo largo de varios años, desde 1975 hasta hoy, y en lugar: España. 

Yo tengo entonces veintitrés años y vivo con atención lo que acaece en la historia de este país, de alguna manera participo en ella. Todo lo que ocurre me parece vivirlo por primera vez siento deseos de participar, involucrarme  y transformarlo. En una simple serie de televisión de la época, yo encuentro ciertos paralelismos en cuanto a lo sorpresivo de los personajes. Recuerdo a "la familia Adams". A mí, me provoca risas, más que miedos. Con "la gran familia" protagonista de esta historia ocurre lo contrario. 

Los orígenes de "THE CORRUPT FAMILY",
protagonista de esta realidad, se remontan a 1975. Se la conoce con el nombre de AP.  Es fundada por el patriarca "Braga", que forja su carácter como ministro del dictador "Paquito o Paco" y utiliza bañadores y porras de tallas grandes.  

No quiero entretenerme  con pequeñeces —o enormidades— en los despropósitos, lo que me interesa es repasar la última generación —los contemporáneos, los chicos del PP, conocidos popularmente como "los peperos". Aquí también hay un patriarca, "Pepe Mari", caracterizado por un espeso bigote con recorte, para unos a "lo Chaplin", y a "lo Adolf" para muchos con el que pretende y, a veces lo continua haciendo, ocultar su rostro, desviar la atención y quién sabe cuantas cosas más.  "Pepe Mari"  tiene un hereu,"M. Rajo-hoy", que no hace honor a su nombre. 
Le cuesta expresarse en su propia lengua y otras apenas las balbucea. Si tiene que dar una explicación, huye de los medios y se refugia en una pantalla de plasma, o simplemente miente. Cuando es espontáneo deja frases lapidarias para la historia del parlamentarismo y la oratoria:

"Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo, beneficio político" (13 de junio de 2017).

"Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quieren que sean los vecinos el alcalde"(2 de diciembre de 2015)

"Somos sentimientos y tenemos seres humanos" 
(25 de febrero de 2016).

"Los españoles son muy españoles y mucho españoles" (21 de mayo de 2015).

"Me gustan los catalanes porque hacen cosas"
(29 de noviembre de 2012).

"Tenemos que fabricar máquinas que nos permitan seguir fabricando máquinas, porque lo que no van hacer nunca las máquinas es fabricar es fabricar máquinas a su vez" (9 de marzo de 2016".

"Ustedes piensan antes que hablan o hablan tras pensar" (13 de junio de 2017).

"Un vaso es un vaso y un plato es un plato" (24 de septiembre de 2015).

"Como decía Galileo el movimiento siempre se acelera cuando se va a detener" (13 de junio de 2017).

"La cerámica de Talavera no es cosa menor,o dicho de otra manera es cosa mayor" (2 de diciembre de 2015).

Hay muchas más, hasta 25: Frases de M. Rajo-hoy.




Pero quizás es más ilustrativo y cómico entretenerse con cada uno de los perfiles de los miembros del clan que dan las claves de la historia. Para situarnos, yo voy a hablar de los más allegados a "M. Rajo-hoy". Cinco varones, cinco mujeres (paridad de género) y un pequeño, que todos llamaban "el bigotes". Constituyen el núcleo más cercano y donde se centran mis furias y mis fobias. A día de hoy sabemos que los chicos son presuntos maleantes, simplemente maleantes o corruptos. Cuando no se entra en disquisiciones se les conoce como "chorizos".

"Bar-cenas". "El gran capo", también conocido como  "the fucking master of the universe" o simplemente "el papeles". Es un amante del esquí y sabe deslizarse en cualquier medio: en el del cinismo, el de la prepotencia o el de la desfachatez. Experto contable, puede llevar varias contabilidades a la vez. Se define como un avezado conocedor bursátil y de pintura, con estas dos especialidades hace milagros y transforma deseos en millones de euros. Excelente cliente de la banca suiza y de otros lugares. Su compañera, a estas horas cuando escribo esta en la cárcel pero con una fianza podrá volver a ejercer de señora con gesto avinagrado y una condena a trece años de cárcel. Dicen de él que con lo que sabe, o calla, puede hacer temblar a todo el clan. ¡Ah! Se me olvidaba, está especializado en envoltorios, paquetería y sobres.


El segundo, o el primero, según los afectados es, "Paquito, Paco Campamentos", muy conocido en la huerta valenciana y sensible a la liturgia católica.  Sigue los actos del santo padre —Benedicto XVI, hoy papa bis—  en su visita a Valencia. Lo admira con fervor y con un interés que traspasa lo espiritual. Especialista en la colocación de grandes pantallas y en dar rienda suelta a su megalomanía con el dinero de los contribuyentes. Infla y cosmetiza sus grandes proyectos a cambio de pingües comisiones, pero siempre con los ojos en Dios.

Hay otro Paquito en la familia —no sé por qué— ; es un nombre que tanto se repite en la saga. "Paquito cinturón, correa o gürtel", se le conoce como "el guarnicionero". Diseñador de tramas. Especialista en eventos, networking entre "chorizos" y "compiyoguis". Es arquitecto de redes de contactos con derecho a sobre, más que a roce. Va siempre acompañado de un bebé —"el bigotes"—  achulado, hortera, cansino, siempre se queja y cuando le castigan se  enrabieta. Dice que han acabado con su vida, pero no deja de ser un niño prodigio, que pronuncia sentencias y lindezas tales como:


"El Bigotes": “A Rita le han abandonado los suyos como a una perra”.

 "El Bigotes" revela que "Paquito campamentos" ordenó cobrar los actos  de campaña a los empresarios".

Las mejores frases de 'El Bigotes': "Señoría, me duele la cabeza y me he levantado a las cinco; ¿Podemos irnos pronto, por favor?"

"El Bigotes" promete que algún día contará la verdad de la trama. 

 "El Bigotes" señala al marido de "Cos-pedal" y a un amigo de "M. Rajo-hoy"

 "El Bigotes" alardea de haber puesto el color azul a los peperos y de quitar a "Pepe Mari" su “cara de mala leche”.


Fuente: Público  MADRID 24/05/2018 13:26 Actualizado: 24/05/2018 22:22


Ahora toca el turno de algunos madrileños y madrileñas, paisanos míos, con los que solo comparto ese adjetivo. Me abochorno de su actuación y comportamiento y defiendo que deben ser excluidos de cualquier posición que pueda seguir dañando a la sociedad. Son los 
presidentes de la Comunidad o diputados del Parlamento Regional.

"Paquito Grana 2". Otra vez Paquito, ahora con varios alias, antónimos, de los sinónimos que escribo, como son: escogido, sobresaliente, notable, ilustre, destacado, juicioso, maduro,..., ético, honrado". Una debilidad:  amante de altillos en casa de los suegros. Tiene su propia trama: "La Púnica". Progresa de alcalde de Valdemoro a Secretario de "los peperos de Madrid". Un castizo sin escrúpulos.

Nacho Gonzá-LEZO y sus interesados amores por Colombia y Panamá para depositar y ocultar los frutos del agua de Madrid. Así da gusto mojarse. También tiene su propio caso,  la operación LEZO. Llega a ser Presidente de la Comunidad por méritos y hurtos propios. Le gustan los áticos de lujo, que adquiere en inmejorables condiciones.

Ahora dedico mis pensamientos a "ellas"y por riguroso orden de aparición de los escándalos.

Ana kill, pasa la historia como una esposa ciega y desmemoriada. Viaja como las maletas y le aparcan mal un Jaguar en su plaza de parquing durante tiempo y no lo ve. Le tiran confeti en las fiestas y no sabe quién es, ni quien se lo regala, ni de dónde viene. En fin, un caso para ser atendida por la Sanidad, los Servicios Sociales e Igualdad y utilizar sus prestaciones más que para ser ministra del ramo.

"Esperanza Agarra", "la Presidenta". Lo que coge, no lo suelta. Se agarra a los cargos hasta que la hacen dimitir. Intransigente, autoritaria, soberbia, déspota e invigilante, todo le ocurre a ella por esta última pequeñez. Sus colaboradores, algunos ya citados, pertenecen al reino animal, son anfibios conocidos con el nombre de sapos o ranas, porque a ella le salen así. Tienen temperatura variable, como su moral.

"Cris Surtidores", "la masters". Con  capacidad para estar ausente, asimilar conocimientos, hacer perder trabajos fin de máster y obtener el título correspondiente en las mudanzas. Aún no aparece. En la Universidad Rey Juan Carlos no la conocen; en los mentideros, sí.

Nos quedan dos. Reservadas porque a día de hoy, aún no se les conoce implicación directa en "llevárselo crudo". Han dejado hacer sin inmutarse y son conocedoras de los desmanes.
Tiene sobrenombres:

"Lola Cos-pedal". "Doña Finiquito".
"Sor haya". "La Pinta", "La niña"o "la Santa -María".

Es una familia numerosa y a día de hoy hay muchos parientes que están siendo investigados, condenados, fallecidos o suicidados: 



"Rodrigo-dentro de un poco". "El azote del minorista". "El campanero de la bolsa". "El tarjetas black". "El del calzón independentista sobre barco de recreo". 

"Edu - Za -cara". "De alcalde de Benidorm a Presidente de la Generalitat valenciana.
También tiene su caso: "El caso Erial"

"La subfamilia Cotino". Juan y sus sobrinos: Vicente y José.

Todos los tesoreros nombrados, desde "Manolito Braga" hasta "M. Rajo - hoy", han sido imputados por casos de corrupción, es decir los cuatro: Naseiro, Sanchís, Lapuerta y Bar - Cenas.

Por último están los desaparecidos por muerte natural o suicidio (D.E.P.)

"Álvaro, el cancela"."Rita, la bárbara". "Mikel Blesa". 

Se acaba la tinta pero no la memoria. Una suma, prácticamente no finita y de crecimiento continuo, hace que "M. Rajo - hoy" y su "troupe" considere como casos aislados y no como corrupción generalizada lo que ha generado "THE CORRUPT FAMILY". Es un insulto a la inteligencia de todos los españoles, aunque todavía hay algunos que por su escaso intelecto o por sus propios intereses no se sienten insultados. 

El primer viernes de mes a "M. Rajo - hoy" le han mandado democráticamente al paro, y ojala, se convierta en un parado de larga duración. Confío que esta acción detenga "el todo vale" y "España es de unos cuantos españoles, muy españoles". Y yo pueda recuperar mis deseos de participar en lo que acontece, como a los 23 años. Aunque por otro lado, pienso que para mí, es demasiado tarde.

ÚLTIMA HORA
M. Rajo - hoy anuncia su adiós: “Es lo mejor para mí, para el PP y para España”.


Javier Aragüés (junio de 2018)










































  • lunes, 28 de mayo de 2018

    LOS ESFEROIDES (ciencia ficción)

    Yo paseaba por el espacioso campus de la universidad cuando finalizaba la actividad docente. Los grandes edificios de su perímetro resonaban. El vocerío crecía y al posarse en el césped se materializó en esferas coloreadas.  Las voces se condensaron por todo el campus, que apareció recubierto de flores y partículas, señales inequívocas de vida. Muchas bolitas se dirigían con rodadura firme hacia uno de los edificios, el más blanco y luminoso situado en el centro de aquel gigantesco parterre. Las bolas más inquietas volitaban, tomando la delantera. La mayoría perdía el equilibrio al iniciar la ascensión por los peldaños que arrancaban desde la base del edificio. Lo intentaban una y otra vez. Yo me acerqué y vi que las que volaban y giraban a la vez, alcanzaban el hall. 

    El amplio recibidor era un espacio porticado de columnas marmóreas bien plantadas que esperaban con rigurosa gravedad, alertaban del enigma que encerraba el edificio y sujetaban el peso una construcción tan singular.




    UMBRAL DEL CONOCIMIENTO


    Los esferoides se debatían en los escalones y algunos conseguían llegar a una  sala de dimensiones desmesuradas. Un rotundo silencio rodeaba la atmósfera, invadida por una potente radiación. Se difundía a través  los ventanales semicirculares y diáfanos y alcanzaba cada rincón. Las partículas iban ocupando los espacios disponibles en los estrados. Desde esas posiciones los cuerpos se sentían cómodos y se emplazaban a la concentración y al estudio en medio de un absoluto mutismo.  

    Estas prácticas se repetían todas las tardes, aunque en los archivos de la sala había datos que demostraban que la actividad se realizaba desde hacía siglos, pero nunca con tal intensidad. Nada les aplacaba solo se alimentaban con el aprendizaje y la reflexión. Al incorporar conocimientos, cambiaban de color a un gris metalizado muy brillante. 

    Este proceso no cesaba, cuando el tono fue homogéneo se dispusieron en grandes círculos que al acoplarse formaban engranajes gigantescos, capaces de mover cualquier objeto por grande y pesado que fuera. Se iban situando en el campus y engullían con sus movimientos al resto de canicas que habían quedado dispersas y las transformaban hasta convertirlas en esferoides idénticos. Al contemplar el fenómeno, interpreté que si no se detenía, alcanzaría a otras ciudades y de persistir con tanta energía, podría colonizar el planeta.  

    En medio del campus, rodeado de engranajes asistí al hecho insólito de cómo estos pequeños seres al combinarse lograban reproducir edificios —templos del conocimiento— que instalaban sin permiso, con el objetivo de redimir a los ignorantes. Me aproximé a uno de ellos y pude leer una inscripción en la entrada. Entonces lo entendí. 
    Aparecía un nombre rotulado en metal, de color gris brillante:

    BIBLIOTECA - UMBRAL DEL CONOCIMIENTO 



    Javier Aragüés (junio de 2018)




    miércoles, 16 de mayo de 2018

    OTROS MICRORELATOS



    PARQUEDAD
    Durante varios días me despertaba la misma idea: buscarla en cualquier callejón perdido, pero cerca de mi casa. El día en que apareció, sentí temblar la imaginación y permanecí pétreo. Allí estaba, en medio del camino estrecho y angosto que arrancaba desde mi portal. ¿Eso era amor? Me atreví a detenerme. Dirigiéndome a ella, recité mi tristeza y me correspondió. A partir de ese momento todos los días quedábamos en el mismo lugar y con las mismas pretensiones, al menos, por mi parte. Mi vida era otra.  Pero desde la tercera cita, se comportaba diferente, ya no quería seguir conmigo, ni con otro hombre. Algo se me escapaba de sus parcas explicaciones.





    EL ESCRITOR


    Todo lo me que me rodea, según dice mi amigo, es un caos. En mi habitación hay tal hedor, que solo es comparable con el que desprende la muerte, después de días de instalarse en cualquier cuerpo. Solo me preocupa escribir. 
       





    sábado, 12 de mayo de 2018

    MICRORRELATOS I


    LA PENICILINA. INVESTIGACIÓN O SERENDIPIA

     


    Creció a sus anchas durante un descuido vacacional. Como en los cuentos, a su lado los entes malignos huían y al cabo de un  tiempo se disipaban. Muchos soldados se beneficiaron de aquel milagro. La nueva arma podía combatir junto de ellos. 



    Javier Aragüés (mayo de 2018)



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    DESOLACIÓN






    Ciudades pobladas de vida, radiantes de color incrustado de humanidad. Así era Siria.  Abbasb y Jamâl se habían enamorado antes del crepúsculo, coincidiendo con la  Oración de Maghrib. Él salía de la Gran Mezquita de Damasco. Se cruzó con ella,  cubría su cara, a excepción de los ojos, con su niqab. Bastó un reflejo de la luna en lo que dejaba ver su velo para turbar a Abbasb. Quedaban discretamente y se veían cada tarde, sus labios eran la expresión del amor apasionado que se proferían. 

    El quince de marzo de 2011, todo cambió. Comenzaron los disparos, siguieron los bombardeos y las vidas se extinguían.  
    Las razones del conflicto se materializaron en escombros. 

    Se encontraban cada día pero las rutinas se habían modificado. Al detenerse junto a las ruinas, miraron a su alrededor y se consolaron por seguir vivos, pero con la duda de si era el futuro o estaba por construir. 


    Javier Aragüés (marzo de 2018)



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    ¿QUIÉN ERA?










    Cuando derramaba el vaso de agua, la respuesta refleja era una bofetada, acompañada de un gesto de desaprobación y lejanía. Quedaba definida y era lo que más dolor me causaba. 

    A veces era capaz de lucir una sonrisa falsificada, mientras me abducía. Repetía la escena cuando necesitaba mi aprobación. Pasado el instante, desplegaba su intransigencia y para ella, era un obstáculo en sus ambiciones.

    En este paseo endiablado por mis recuerdos, había uno que puede resultar simple, sin importancia, pero doloroso. Jamás mi madre me llevó al cine, ni recuerdo un cuento en sus labios. 
    Murió como había vivido, sola. 





    Javier Aragüés (mayo 2018)






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    MADRE (reflexión)




    Síndrome de la progenitora tóxica: ¿por qué mi madre no me quiere?

    "Es aquella  que llega a la maternidad por caminos poco deseables. Lo ideal psicológicamente es poner distancia emocional y física".









    Al derramar el vaso de agua, la respuesta refleja era una bofetada, acompañada de un gesto de desaprobación y lejanía. Quedaba definida y era lo que más dolor me causaba. Yo desconocía eso que llamaban: "cariño de madre". Cuando ella intentaba mostrarlo, lo expresaba de manera afectada y engañosa. Sus gestos de ternura no eran espontáneos, estaban construidos para terceros, si indicaban aproximación, eran fingidos. 

    Siempre existía una excusa dudosa para no estar conmigo. En los momentos trascendentes de mi vida, o al menos para mí lo eran, estuvo ausente, me ignoraba. Yo no podía soportar que fingiese. Su comportamiento se adaptaba a lo que la sociedad entendía como escuetamente correcto, para cumplir con su falso papel. 

    No conocí a mi padre, ni la verdad sobre su lejanía, me la ocultó. Su versión era floja, por no decir increíble. Después de mucho tiempo, fui aproximándome a lo ocurrido por testimonios de terceros. Repetía con tono sacrificado, que 
    también tenía que hacer de padre. Se limitaba a interpretar un papel que no sentía. Era una mala actriz. Explotaba esa situación a su favor, se hacía la víctima  y me suplantaba en el dolor. Desconocía lo que sentía. Aplicaba sus esfuerzos para distorsionar la evidencia. 

    El cariño más aproximado al de una madre, bueno o simplemente el cariño, lo recibí de mi tía abuela, ella, sin saberlo, hizo de madre. 

    Cuando estoy acabando este paseo endiablado por mis recuerdos, basta uno que puede resultar simple para algunos y para otros, sin importancia. Jamás mi madre me llevó al cine, ni recuerdo un cuento en sus labios. Murió como había vivido, sola. 




    Javier Aragüés (mayo 2018)


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    DECLIVE





    Cada tarde, el famoso presentador iniciaba el programa de televisión descendiendo con solemnidad por la escalera escenificada del plató. El público convocado aplaudía 
    condescendiente a cada señal del regidor. En casa, los televidentes abotargados exigían telebasura.


    Con el tiempo, a pesar de los esfuerzos de la productora y de los patrocinadores, el programa estrella de los reality show languidecía. 

    Desesperado y con sonrisa impostada, el popular showman anunció que el próximo programa en directo se haría desde su dormitorio, mientras continuaba descendiendo por la escalera cada programa más hortera. Al llegar al quinto escalón trastabilló. El plató puesto en pie exclamó: ¡Oh! La caída fue inevitable.






                                             Javier Aragüés (mayo de 2018)




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    ÉL Y SUS MAREOS








    Estaba diagnosticado como enfermo crónico de una enfermedad extraña. No parecía grave. Se manifestaba con mareos imprevistos. Se puso en manos de los mejores médicos. Lo mareos no cesaban.

    Desesperado, peregrinó a la ermita de un santo en otro país, buscando remedio. Aunque él no era creyente, le hacía rezar. 
    Con el ermitaño no tuvo los resultados deseados. Le repetía con insistencia:"Hombre de poca fe". Aburrido volvió a sus país.

    Harto, le recomendaron un curandero, pero él desconfiaba de la homeopatía. El naturista le aconsejó infusiones de flor de melisa. Todo seguía igual. En cada visita le repetía: "Pero hombre, se tiene que sentir mejor". Aburrido, él le dijo:"Hace veinte días que no siento mareos". El homeópata sonrió satisfecho y le contestó "Hombre de poca fe". 

    El ermitaño y el homeópata emplearon la misma frase. Habían conseguido reducir todos sus males, excepto uno: seguía padeciendo mareos.


    Javier Aragüés (mayo 2018)



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    DIÁLOGO ENTRE GEMELAS





    — No sé cómo explicarte que si solo hay un óvulo y lo fecunda un único espermatozoide, nos encontramos en esta situación —conversaban en el vientre materno. 

    — Somos idénticas. Tenemos el mismo sexo. Desde luego es una ventaja que podamos usar la misma ropa. Tendremos la misma talla y puede que los mismos gustos — seguían hablando.

    — Si  pertenecemos a ese grupo reducido de gemelas que son completamente idénticas, será así. Aunque no somos exactamente iguales, nuestras huellas dactilares son diferentes 


    Ambas sintieron ganas de salir al mundo. Provocaron fuertes dolores y, casi al mismo tiempo, estaban en los brazos de dos enfermeras.

    — ¿Estás contenta de que seamos mujeres?

    — No sé qué decirte. Pero desde luego en este hospital por lo que veo trabajan como salvajes. Según les he oído comentar les exigen más que a los hombres y cobran menos.


    — Sabes lo que pienso, que esto todavía tiene arreglo.




    Javier Aragüés (mayo 2018)




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    martes, 24 de abril de 2018

    SUS DEDOS Y EL MAR

    Junto a L´Estartit, las aguas bañaban el pequeño archipiélago de las islas Medas. Rodeaban cada uno de los siete islotes y, con buena mar, los trataban con indulgencia. 

    La tramontana era el viento frío que arreciaba del norte y cuando soplaba despeinaba la escasa y desvalida vegetación de los peñascos. Al erosionar los rompientes, las esquirlas de las rocas junto con  la espuma del mar saltaban hasta que la siguiente ola las sometía y pulverizaba los restos. Todo se producía bajo un cielo que dominaba el cromatismo y extendía los tonos hasta conseguir un azul intenso, en contraste con el blanco calcáreo de los islotes.






    El viento había soplado muy fuerte. Cesó al amanecer y sobrevino la calma mezclada con algunos silbidos amortiguados que evocaban las fuertes ráfagas de los días anteriores. Se oían los cánticos lejanos de gaviotas y cormoranes que contrastaban con la quietud y el silencio de las rocas. Los vientos estaban cambiando y alejaban la tramontana. 

    El sol invitaba a sumergirse, aunque apenas había nadie en el agua. El mar expresaba una falsa calma que hacía desconfiar a los que conocían el lugar. En lo alto, un cielo sin nubes mantenía un azul intenso, mientras en los islotes el agua se remansaba sin detenerse, Se  veían flujos y pequeños remolinos entre los escollos que rizaban suavemente el mar de superficie, jugando a entretenerlo. 

    El sol calentaba, la diferencia de temperatura con la superficie empujaba las masas de mar desde las profundidades, con sigilo y firmeza, para tomar una dirección inexorable buscando alejarse de la costa con movimiento constante e imperceptible desde fuera del agua. 

    Era un día de verano que aprovechábamos para navegar. Habíamos preparado la travesía desde la Escala. Al arribar al puerto de L´Estartit fondeamos nuestra pequeña embarcación junto al islote del Medellot situado en la parte más septentrional del archipiélago de Las Medas. Era una zona tranquila y poco frecuentada, en medio de aguas profundas y removidas por una débil corriente que se sentía en la superficie. El buen tiempo hacía que el estado de la mar pareciera inofensivo

    En el barco solo los tres: mi mujer, mi hija y yo dispuestos a disfrutar del día en el mar. La embarcación estaba amarrada a una boya de superficie. La corriente se dejaba notar y el cabo que la sujetaba cada vez se tensaba más, y producía  un ruido inquietante al alargarse. Era un quejido difícil de soportar y resonaba en mi interior. Yo estaba pendiente de que la fuerza de la corriente no superase la tensión del cabo, lo rompiera y liberase el barco dejándonos a la deriva. 

    El cable soportaba los embates pero la tensión y el ruido de los tirones rompían el silencio y penetraban en mí hasta hacerme dudar. 
    Me senté en la proa para controlar mejor el cabo, no pensaba en otra cosa hasta que sentí: ¡chof! en el agua, gire la cabeza. Era un sonido seco, inconfundible, el que producía un objeto pesado al caer al mar; se formaron círculos concéntricos y unas cuantas burbujas. Mi mujer gritó: "¿Mónica que has hecho?" Salté del barco y me tiré al agua, en el salto, mientras iba en el aire se agolparon deseos y temores. Mi pensamiento descontrolado dibujaba la imagen de la niña en el agua, semisumergida, la veía y me hacía preguntas desesperadas: ¿Se hundiría? o ¿podría mantenerse a flote?   

    Al tirarme, según entraba en el agua, el frío se extendía por mis brazos, al llegar a la cabeza y  tocar mi nuca, me devolvió a la dramática situación, que por un instante me hizo pensar que todo eso no pasaba. Instintivamente me sumergí para buscarla. Bajo el agua, el verde oscuro, infinito y silencioso llenaba mis ojos, que se perdían sin encontrar nada. Estaba agarrotado miraba únicamente delante de mí, al girarme la vi. Aparecieron sumergidas las piernecitas agitadas. Me acerqué y pude tocarla con los dedos y ella me agarró con los suyos.  Comprobé que estaba bien, no había tragado agua, nadaba a su manera como lo hace una niña de seis años, lo suficiente para mantenerse a flote. 

    Mi tranquilidad se esfumó en segundos. Mientras la sostenía por su cintura para que no se cansara, nos movíamos alejándonos del barco. La corriente se despertaba y nos empujaba a los dos fuera del Medallot con fuerza y rumbo al horizonte. Perdía las referencias e intentaba nadar para no dejar de ver el barco. Mi mujer asomada a la barandilla de popa nos observaba, no era consciente del peligro y decía: "Venga, ya está bien, venid". No podía contestarla. No quería decir : "no puedo", para no alarmarla. Tampoco podía malgastar las fuerzas, mientras sujetaba a Mónica para que no tragara agua, si se asustaba sería terrible. Intentaba que la corriente no nos alejara. Fueron unos segundos que parecían horas luchando contra lo imposible. Intentaba resistir para no desfallecer, pero me agotaba, a apenas la podía sujetar. Al no sentirla con mis dedos el pánico se apoderó de mí, ya no podía La corriente nos arrastraba. Mi mujer empezó a sospechar que no podíamos regresar. Agitaba los brazos con impotencia haciendo gestos para que volviéramos. Se produjo un silencio que parecía eterno.

    Lo había dado todo por perdido y no sabía qué hacer para salvar a mi hija. Exhausto en el agua, vi a un velero de bandera francesa, agité los brazos para que nos viera, mientras gritaba: "¡Monsieur. Monsieur! S´il vous plait. S´il vous plait," Así varias veces, o muchas, no lo recuerdo. En un instante perdí toda esperanza porque el velero parecía alejarse, pero no. Arrió las velas, arrancó el motor y puso rumbo hacia nosotros. El patrón era un francés formado en la mar; con destreza, acercó el barco por la banda de estribor, atravesándolo para impedir que la corriente nos alejara más. Desde el agua, yo buscaba la mejor posición para coger a mi hija y subirla a bordo, el barco se movía con la corriente y no lo conseguía, a pesar de la ayuda del francés. Al verme tan alarmado y fuera de control, el hombre lanzó una guindola de salvamento sujeta a un cabo. Como si fuera un juego, le dije a Mónica que se agarrara fuerte al salvavidas, el francés recuperaba la guindola estirando del cabo. Yo seguía la estela, mientras mi hija sonreía. Al llegar a la altura del casco esta vez sí, conseguimos subir a la niña a bordo. Mientras la levantaba, pude acariciar sus dedos. Yo repetía una y mil veces: "Merci monsieur, merci monsieur".El patrón me tranquilizaba y le quitaba importancia: "déjà passé monsieur". Mi mujer no nos perdía de vista, pero los gestos de desesperación habían desaparecido de su rostro, ahora era placido esperando poder abrazarnos. 

    A bordo del velero, junto a mi hija, miraba al patrón sin hablar y con una sonrisa tímida expresaba mi agradecimiento.

    Mónica se movió y buscó mis dedos, al tocarla pensé que el mar y los hombres seguían siendo sorprendentes.


    1. Javier Aragüés (mayo de 2018)