miércoles, 7 de septiembre de 2016

NO ERA HABITUAL


Desde hacía años, que las parejas necesitaban los programas de contacto en las redes sociales para conocerse. Un quince de julio, Oviedo estaba sumergido en un clima suave salpicado de una lluvia imperceptible. David esperaba a Sonia resguardado, en una de la pocas terrazas de la Plaza del Fontán. El contacto de ese encuentro se lo había facilitado la  empresa SMASHING. 
En ocasionesintentaba los encuentros por su cuenta, en este caso, como ocurría en anteriores, la empresa le enviaba una foto de la persona a contactar. Le extrañó que no hubiera sido así. Después de horas esperando buscó un lugar tranquilo y encontró un motel con poste de gasóleo incluido, globo blanco y luz permanente. Era lo que buscaba. Desde la ventana de la  habitación que el recepcionista le había asignado, no podía olvidar a Esther, su última pareja, con la que tuvo un accidente de automóvil gravísimo. Él resultó ileso. No utilizaba el coche desde entonces lo que no era un impedimento para salir a menudo, siempre solo y a distancias cortas. "Necesito compañera ¿Cómo encontrarla?" Todos los fines de semana salía a buscar pareja, visitaba lugares próximos; si había alguna fiesta, alargaba los días de descanso. Elegía rincones tranquilos, se hospedaba en moteles con habitaciones más impersonales de lo habitual en las que se alojaban los recuerdos, sentimientos de cada huésped y personas fuera de circulación vital; todo a la vez y en silencio. Los lugares elegidos estaban a pie de carretera, para no olvidar cómo había perdido a su pareja, buscando un doble sentimiento, el de alivio y el de culpabilidad.  En este caso, en el interior de la habitación se expresaba con monólogos y voz tenue por miedo a ser escuchado por otros huéspedes. 





En la habitación contigua, se oía respirar a una mujer que no ocultaba su presencia, para romper su aislamiento voluntario  y con ataduras de  melancolía. No se atrevía golpear la puerta de su habitación por miedo a no ser aceptado. Saturado de coraje, salió al pasillo. Apoyó el oído en la puerta y comprobó que al otro lado se escuchaba el jadeo y el gimoteo de una mujer. Sus nudillos podían dar paso a una nueva vida. Pensó insistir con más rotundidad, sin dejar duda que llamaba a la puerta de la persona  que se alojaba junto a él. A la vez desde el hall se oía una voz que gritaba. “Señor David Cifuentes, tiene un mensaje, póngase en contacto a la mayor brevedad con el responsable de zona Sr. Molina”.  El conserje del motel leyó la nota que le habían dejado y acababa con la rúbrica del director General y el sello de la empresa SMASHING. La noticia inesperada le hizo aparcar la intención de llamar  a la habitación contigua. El señor Molina puso en conocimiento de David que tenía un nuevo contacto para él, según las preferencias que había señalado, David quedó en responderle al día siguiente un vez recibido el sobre con la foto y el nombre de la persona a contactar. Cogió el sobre y antes de abrirlo con calma, golpeó la puerta de su vecina de hotel con la palma de la mano con una fuerza  suficiente que hacía imposible ignorar  el golpe. Mientras esperaba, abrió el sobre y en su interior una foto y al dorso el nombre del contacto. Al ver a la mujer se quedó aterido.  Quiso asegurarse de lo que veía. La mujer le invitó a pasar y recordar.  "Nunca había tenido una relación como la que compartimos, llena de amor, de proyectos; nuestros sueños se tocaban lo suficiente para estar próximos sin necesidad de acariciarnos. Nuestro amor era tal que nunca hemos admitido perderlo. Del accidente quedé inconsciente y en coma. He estado apartada de la vida mucho tiempo" David confesó desesperado, que tenía depositada la esperanza de encontrarla a través de la empresa de contactos. Definía el perfil de Esther y su aspecto físico, los resultados, una y otra vez, negativos. 

Al estar uno enfrente del otro, bastaba una mirada para entender la espera y confirmar el deseo de compartir sus vidas. 


Al día siguiente desayunaban en el pequeño jardín del motel. Esther leía a David una titular de una noticia, con cierta ironía:
La empresa SMASHING ha quebrado.



Javier Aragüés (septiembre 2016)