Ayer recibí un email de la profesora Marta Sangrá
de la Escuela San Jordi. (*)
(*)La Escuela Sant Jordi de Puigverd de Lleida
es un centro público de enseñanza en donde se imparte Educación Infantil y
Educación primaria.
En el correo me decía, en nombre de sus alumnos, que habían decidido escribirme
una carta para ponerme al corriente del problema que había surgido en
su clase. Entendí que el hecho que unos chicos y chicas me
reclamaran era suficiente argumento para dedicarles mi atención para y ver
si les podía ayudar.
Desde luego unas palabras dirigidas por chicos y
chicas en edad de aprender y con ganas incontenidas de vivir, reír y
comunicarse son suficientemente importantes para dejarlo todo y escucharles con
atención. Además aquí concurren varias circunstancias agravantes, que mencionaré a continuación.
La amistad con Marta Sangrá, incondicional lectora de mis relatos. Mi
predilección por la enseñanza a la que he prestado cuidadosa atención
siempre que ha surgido la posibilidad de demostrarlo y me recuerdan los años en
que consentido, por parte del régimen franquista de manera tácita, el analfabetismo era uno de nuestros hitos mas vergonzantes que
nos hacía ocupar un lugar privilegiado en las estadísticas del
"retroceso" entre los países desarrollados.
Sí, porque en aquellos años del
"postfranquismo", tuve la oportunidad, junto a otros universitarios,
de intentar amortiguar las carencias culturales de muchos de los soldados, a los
que el régimen les obligaba a cumplir el servicio militar como única prioridad y, solo algunos de ellos, conseguían el certificado de estudios primarios con el que, al menos oficialmente, salían de las vergonzosas estadísticas mencionadas.
Y el tercer
agravante, para mí el más importante, el recuerdo imborrable de mi abuelo,
director de un grupo escolar durante la República, posteriormente represaliado
y purgado que, por ese motivo, terminó su vida profesional como camarero en un
café de la Puerta del Sol de Madrid.
Pero lo mas importante hoy, es la carta que estos chicos y chicas me han dirigido.
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Puigverd de Lleida, 12 de noviembre de 2019
Hola Javier, nos ponemos en contacto contigo para
pedirte un favor.
Como escritor que eres y conocedores de tus bonitos
relatos juveniles publicados recientemente, necesitamos que nos ayudes.
Somos los alumnos de quinto, (siempre estamos en un
laberinto), y deseamos que valores nuestros trabajos de EXPRESIÓN
ESCRITA en lengua castellana, relativos a este título y a
un suceso real acontecido en nuestra clase:
EL
MISTERIO DE LA DISQUETERA LOCA
El misterio está servido, en nuestra
clase de quinto, la disquetera de la torre del ordenador del profesor ha
enloquecido. El caso es que se abre y cierra
misteriosamente, sin pulsarla ni empujarla, y además tiene la curiosa habilidad
de hacerlo en el momento más inesperado…
Nosotros, como escritores noveles que somos, vamos a
intentar desarrollar nuestra imaginación y ganas, para escribir un relato a
partir de esta introducción.
Pero, nos atrevemos a proponerte nos regales
un relato, alusivo a este mismo tema, que nos sirva de muestra y
modelo. ¿Serías tan amable? ¿Te atreves?
Quedamos a la espera de tu respuesta que bien seguro
no nos vas a decepcionar.
Va por delante nuestra gratitud y un cariñoso
abrazo.
Chicos
y chicas de quinto
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EL MISTERIO DE LA DISQUETERA LOCA
Hola amigos.
Primero quiero daros las gracias por vuestras
palabras, porque no todos los días hay personas qué tienen el interés de
preguntarse cosas. Eso es muy importante, tener inquietudes y es el primer paso para alcanzar la
sabiduría, poder conocer o llegar a saber lo que desconocemos y lo más importante, porque es lo que hace a los hombres y
mujeres más libres y vosotros os estáis preparando para serlo. Pero ahora, vamos a intentar resolver el problema que
tenéis.
Me sorprende que una disquetera haya enloquecido, eso
no ocurre todos los días y hay que llamar de alguna manera al misterioso
comportamiento que habéis observado y desde luego me gusta como lo nombráis.
"EL MISTERIO DE LA DISQUETERA LOCA"
Pero un momento, ahora que recuerdo. Hace unos años,
una bibliotecaria, ¿sabéis lo que es una bibliotecaria?, es muy importante
saberlo. Yo, cuando leo y no conozco el significado de una palabra, —porque eso
nos puede pasar a todos— voy al diccionario y lo busco. Pero vosotros tenéis
más suerte que yo, porque Marta os puede ayudar. Si la preguntáis, ella, casi con seguridad, os lo
podrá decir; pero si le pasa como a mi muchas veces, tendrá que buscarlo en el
diccionario, que es el libro que contiene todas las palabras de una lengua y lo
que significan. Por tanto, habrá tantos diccionarios como lenguas podáis
imaginar.
En este caso, escogeremos el diccionario de español o
castellano —es lo mismo, porque así está escrita la palabra. Buscamos la
primera letra, la letra B, porque todas las palabras están escritas
por orden alfabético. Seguimos buscando hasta encontrar la palabra: bibliotecaria. ¡Por fin la
hemos encontrado! Leemos:
"Persona encargada del cuidado organización y funcionamiento
de una biblioteca".
Efectivamente, Sara era la persona encargada de la
biblioteca de un pueblo, en un pequeño país y no paraba de trabajar porque
muchos de sus lectores le pedían otro libro, cuando acababan de leer el último que Sara les había
dejado. Ella los pedía a la biblioteca de la ciudad, la Biblioteca
Central, porque allí tenían todos los ejemplares que se escribían en el
mundo. Para hacerlo, utilizaba un ordenador que se iba quedando anticuado. Un
día, al escribir el título de un libro, el ordenador se puso a escribir solo y
la disquetera se volvió loca.
Escribía y escribía. Sara intentaba pararlo pero el
ordenador no respondía y seguía sin detenerse. Desesperada lo desenchufó, pero ocurrió algo
sorprendente, el ordenador y la disquetera siguieron funcionando. Asustada, se
levantó, salió de la biblioteca y corrió hasta la escuela, porque sabía que
aquel misterio solo lo podría resolver el hombre más sabio del pueblo, Don
Mateo, el maestro. Al llegar sofocada a la escuela, el maestro la invitó a sentarse, le
ofreció un batido de fresa y Sara se calmó.
En seguida el maestro le preguntó qué había ocurrido y
ella le relató todo lo que había pasado y que el ordenador y la disquetera se
habían vuelto locos. El ordenador no paraba de escribir solo y la
disquetera se abría y cerraba sin parar.
—Sara, ¿en ese momento recuerdas lo qué hacías?—dijo
Don Mateo.
—No lo recuerdo bien... ¡Ah sí! Ya está, acababa de
escribir el nombre de un libro: "NO TE METAS CONMIGO".
—Sara díme, de qué trataba ese libro.
—Sí, me acuerdo, porque cuando lo recibimos de la
Biblioteca Central sentí curiosidad y leí el resumen.
—¿Te pareció interesante?
—Sí Don Mateo, parecía muy interesante, pero a
la vez era triste, muy triste. Contaba la preocupaciones y temores de un niño
porque otros niños le acosaban en el colegio.
—Ya sé lo que pasa. Hay ordenadores, solo algunos por
no decir muy pocos, que se comportan como "hombres buenos" y
defienden a los niños cuando ven una injusticia; reaccionan enfadándose tanto
que se paran o provocan una avería, dejan de funcionar y enloquecen a la
disquetera. Eso le ha pasado a tu ordenador, porque no puede soportar que
los niños vivan asustados y, menos aún, que sean los propios compañeros los que
los atemoricen y los traten mal.
Sara volvió tranquila a la biblioteca. Cogió el libro
y se lo llevó a Don Mateo. A la semana siguiente, el maestro convocó una
reunión con los padres y los niños del pueblo y les habló de algo que no se puede
consentir "EL ACOSO ESCOLAR". Todos le siguieron muy atentos e impresionados.
Desde aquel día ningún niño volvió a tener miedo, ni
temor; les gustaba ir al colegio a aprender y jugar con todos los demás porque
aprendieron a respetarse.
Ah! Se me olvidaba una parte de esta historia. A
Sara jamás se le volvió a estropear el ordenador ni la disquetera y cada día
tenía que pedir más libros y libros, porque en ese pueblo, desde entonces todos los habitantes leían.
Pasaron algunos años y un día pensaron qué podrían hacer
para que su pueblo fuera más conocido en el pequeño país. Pensaron que sería
bueno cambiar el nombre del pueblo y para ello decidieron votar. Todos
estuvieron de acuerdo en la votación y salió que SÍ, y a partir de ese día
el pueblo cambió de nombre y le llamaron
LIBERTAD.
Os deseo a todos que améis la libertad como los habitantes del pueblo de Sara y Don Mateo.
Un abrazo a todos de vuestro amigo.
Javier