sábado, 8 de diciembre de 2018

EN ESOS DÍAS.





Todo esto parece imposible vivirlo con la misma intensidad, desde lugares con climas cálidos. Los aditamentos que favorecen el cobijo, la sensibilidad y el cariño desinteresado fomentan "el lastimeo" y la puntual e insuficiente solidaridad; quedan más y mejor instalados si se hacen compatibles con el frío y mejor, con nieve.

Claro que son muchos los elementos que configuran el decorado adecuado, son tantos —innumerables— como sensibilidades. Ante dramas cotidianos se orquestan —en esos días más—  campañas de humanidad artificial para ablandar a los ciudadanos, y lo más importante, extender el sentimiento de culpabilidad entre las personas.

Para muchos, es una persona insolidaria quién no deja vencer su voluntad por algún homeless con la mano extendida y adecuadamente situado; ya sea a la salida del metro o en la puerta de una iglesia y mejor, a la entrada o salida de un hospital. Hasta se atreven a hacer campañas con imágenes de niños y niñas con hambruna. Fotografías reales de gran tamaño con una lágrima definida que arranca a romper.

Aunque este año parece que se extiende por parte de las instituciones, secundadas por algunas ONGs, el exhibir en grandes vallas publicitarias algún emigrante —mejor un grupo— ataviado con colores chillones —"beneton". Predomina el anaranjado estridente de sus chalecos salvavidas. Contrasta con el gris húmedo y brillante de la lancha neumática sobreocupada y que en sus mofletudos flotadores cuelgan los pies desnudos de hombres y mujeres sin futuro. En todos sus rostros una mueca que expresa piedad sin condiciones.

El esfuerzo humanitario, si es que se produce, se concreta en un donativo que tranquiliza conciencias y que, según dicen los organizadores, desgrava. Lo que es seguro es que nadie está dispuesto a cambiar algo en sus vidas, para que las caras de esos seres que han dejado de ser personas puedan dejar de ser lastimeras para siempre.

Ernesto intenta ser convincente con Frida, mientras que ella recoge a Akani, que flota sin vida junto al velero.


Javier Aragüés (diciembre de 2018)

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